lunes, 23 de noviembre de 2009

Doce años atrás...

El 23 de noviembre de 1997 se jugó el clásico rosarino que terminó con Rosario Central 4 – 0 Newell’s Old Boys. Un día para el olvido por parte de los leprosos y contrariamente, de festejo y burla, para los canallas que popularmente lo llamaron el “Día Nacional del Abandono”, ya que debió ser suspendido por inferioridad numérica de los rojinegros a los 68' del segundo tiempo y con el tanteador a favor del local.
El partido correspondiente a la fecha 14 del torneo Apertura se jugó en el estadio Gigante de Arroyito. Al finalizar el primer tiempo, Central ganaba por 3 a 0 con goles de Rubén Da Silva (2’), Eduardo Coudet (36’) y Marcelo Carracedo (45’); además habían sido expulsados Dalla Líbera (39'-NOB), Rubén Fernando Da Silva (42' RC) y Julio Zamora (42' NOB).

En el complemento y con el partido practicamente resuelto, siguieron las expulsiones cargadas de impotentencia ante tanta superioridad canalla. Saldaña (13' NOB) vió la roja, en el medio llegó el tanto que Horacio Carbonari (15') marcó para los auriazules y 2' después, Claudio París (NOB) se fue a los vestuarios tras una infracción a Gerbaudo.

En esta instancia, Newell's se vió complicado. Ya había realizado todos los cambios y tenía a cuatro jugadores leprosos fuera de la cancha. Ante esta complicada situación, Sergio Goycochea salió corriendo de su arco para pedirle al defensor José Herrera que saliera del campo de juego y en consecuencia que el árbitro Roberto Ruscio, suspendiera el cotejo por la cantidad de jugadores inferior a la permitida en el reglamento. Entonces, el uruguayo Ruscio acusó una lesión, salió del campo y Ruscio pitó el final del cotejo.

Con los 3 puntos para Central, la tabla de posiciones después de jugada la fecha dejó a los canallas en la 3ra posición con 26 puntos -sólo superado por River 32 y Boca 31-, mientras que su rival se estancó en la 19na ubicación con tan sólo 9 puntos.

Como dato curioso cabe destacar que los 23 de noviembre se realiza el "Lanzamiento de toalla" en conmemoración a esa tarde de goleada sobre Ñul o Ñubel -como escribía el Negro Fontanarrosa-.

Mayra Yampa

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